martes, 2 de diciembre de 2014

Bibliografía 8. Miriam Patón Rosillo

Herrera A. Sexualidad en la vejez ¿mito o realidad?. Rev Chil Obstet Ginecol 2003; 68(2): Pág 150 - 162. 

SEXUALIDAD EN LA VEJEZ, ¿MITO O REALIDAD?

El problema sexual es uno de los más complejos de la vida humana hasta el punto de que, a veces se opta por no resolverlo con razones y dejar que cada caso encuentre su solución espontánea.


la mayor parte de nosotros creemos con conocimientos limitados de lo que se espera en seres humanos sexuados, esto es, qué podemos prever cuando nuestros cuerpos alcancen la madurez biológica y qué esperamos cuando debemos enfrentarnos en sentido emocional con estos cambios. 


De todo lo que se enseña en la educación básica y universitaria, nada tiene tanta importancia práctica para la vida personal como el conocimiento de la sexualidad humana, pero, más que el conocimiento académico, se deberían priorizar los aspectos emocionales como sentirse cómodo con la propia sexualidad ya que esto acarrea consecuencias perdurables y que no se pueden medir. 


En término de la salud mental es urgente comprender con claridad los aspectos biológicos, psicosociales y conductuales de la sexualidad en cada etapa de la existencia humana. Nuestra incapacidad de ocuparnos de nuestra propia sexualidad en forma coherente y organizada es el reflejo de la confusión general que existe en nuestra sociedad sobre los aspectos sexuales.


La sexualidad es y ha sido una de las áreas del comportamiento humano más desconocida y en la que aún prima muchas veces la anécdota sobre el conocimiento científico. Y si esto es cierto a cualquier edad lo es, especialmente en personas de edad avanzada. La mera existencia de manifestaciones sexuales de cualquier tipo en los ancianos es sistemáticamente negada, rechazada o dificultada por gran parte de la sociedad.


En nuestra sociedad existe un escaso conocimiento sobre este tema, incluso dentro de los profesionales sanitarios. Las creencias y conceptos erróneos se manifiestan incluso en las historias clínicas donde no se recogen datos sobre la actividad sexual. Esto, explicado erróneamente en algunos casos, por el supuesto de que los ancianos son sexualmente inactivos; y en otros, debido a la incomodidad de formular las preguntas o el temor de no poder responder adecuadamente a las dudas que plantee el paciente mayor en este tema.


En una sociedad que está envejeciendo progresivamente, la sexualidad debería permanecer en una dimensión afectiva, sentimental y relacional durante todo el curso de la existencia, en el respeto del cuerpo y a los aspectos peculiares presentes en cada fase de la vida.


Desde hace algunos años estamos asistiendo a un proceso de transición demográfica que obligadamente se debe acompañar de un proceso de revisión de la "cultura de la senilidad" donde se incluye también la variable de la sexualidad.


Estamos, además, en la era del reciclaje: todo se recicla, incluso la vejez. Pero, en el área de la sexualidad está el peligro de "reciclar al viejo en un falso (e imposible) joven" con mitos y estereotipos sexuales basados en la prestación, la eficiencia y en la capacidad de identificarse con un joven con prodigiosas capacidades sexuales; concepto muy opuesto al antiguo que relacionaba la sexualidad con la procreación y consideraba al anciano como asexuado quedando excluido debido a la ineficiencia dada por la infertilidad. Pareciera que entre estos dos extremos, la sexualidad negada o la sexualidad impuesta no pudiera existir una imagen sexual en la que los componentes físicos, psicológicos y sociales se combinaran armoniosamente para crear una modalidad sexual específica que acompañe esta etapa de la vida.


Comportamiento de la sexualidad en la vejez


Está demostrado que el sexo y la sexualidad juegan un papel importante en el envejecimiento saludable y pleno; sin embargo, las personas ancianas tienen una conducta sexual heterogénea en relación a sus apetitos e intereses. Además de los factores que afectan la conducta sexual en el anciano (envejecimiento fisiológico, patología crónica, efectos secundarios de medicamentos) se suman los factores sociales que inciden fuertemente en la actividad sexual en la edad adulta.


La sexualidad en el anciano debe considerarse en una forma amplia e integral, incluyendo en ella tanto componentes físicos como emocionales. Por ello, se acepta como normal en el anciano ciertas modificaciones en el patrón sexual considerado como estándar si se relaciona con el adulto joven; estas serían: disminución del número de coitos y el aumento proporcional de otras actividades sexuales como las aproximaciones físicas, caricias, ratos de intimidad emocional, de complicidad, relaciones de compañía o masturbaciones.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Cuestionario 8.Marta Atienza Correas



CUESTIONARIO 8 : Enfermería Geriatrica como especialidad




La primera referencia que se tiene de enfermería en el campo de la geriatría es la de Marjorie Warren.


En estos últimos años están ocurriendo cambios en la sociedad y en las profesiones de la salud que potencian un enfoque más integral del individuo y una actitud más globalizadora en cuanto a la atención de su salud, desarrollándose la prevención y la promoción y no sólo la actuación en caso de enfermedad. Se percibe por tanto, la necesidad de contar con equipos multidisciplinares integrados por médicos, trabajadores sociales, fisioterapeutas y enfermeras, todos ellos capacitados para dedicarse a la atención de salud de la población anciana.

Hay que tener en cuenta que es una especialidad muy joven, las primeras plazas se sacaron en 2011 aunque en el RDL del 2008 ya estaba contemplada como tal, pero muy necesaria debido a que la población está envejeciendo y sobre envejeciendo.


La enfermería geriátrica contempla los aspectos patológicos que plantea el paciente geriátrico, encaminados a conseguir una adecuada asistencia de enfermería en estos procesos y su rehabilitación posterior.


La especialidad no se basa únicamente en contenidos prácticos si no que tenemos: un parte práctica (rotario por diferente plantas), formación teórica (seminarios y cursos), formación en docencia y un proyecto de investigación.

La especialidad no se basa en un aprendizaje programado si no en un autoaprendizaje (puedes aprender lo que quieras aprender)

Cuestionario 8. Miriam Patón Rosillo


CUESTIONARIO 8: MESA REDONDA SOBRE LA ESPECIALIDAD DE ENFERMERÍA 
GERIÁTRICA


El artículo 21 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias y el artículo 7 del Real Decreto 450/2005, de 22 de abril, sobre especialidades de Enfermería, establecen, el procedimiento para aprobar los programas formativos de las especialidades sanitarias en general y de las especialidades de Enfermería en particular.

La Comisión Nacional de la Especialidad de Enfermería Geriátrica, ha elaborado el primer programa formativo de esta especialidad en el marco de las líneas actuales en la asistencia geriátrica.

El programa ha sido ratificado por el Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud, órgano asesor de los Ministerios de Sanidad y Política Social y de Educación en materia de formación sanitaria especializada. Asimismo ha sido estudiado, analizado e informado por la Comisión de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud de la que forman parte, entre otros, los consejeros de sanidad de las diversas comunidades autónomas y el Director General de Política Universitaria del Ministerio de Educación.


¿En qué se basa la especialidad principalmente?


La enfermera especialista en Enfermería Geriátrica es el profesional que presta atención y cuidados de enfermería a la población anciana, estando capacitada para enseñar, supervisar, investigar, gestionar y liderar los cuidados destinados a este colectivo en situaciones complejas en las que también actúa como asesor en todos los niveles del sistema socio-sanitario.

En este contexto, las especialistas en enfermería geriátrica, como fuerza social, tienen la responsabilidad específica de suministrar y fomentar la mejor atención enfermera y colaborar con el sistema socio-sanitario para la correcta utilización de los recursos, obteniendo como resultado la mejora del coste-beneficio y la calidad de vida de la población anciana.

La complejidad de las funciones que se atribuyen a la enfermera especialista en geriátrica se inscriben en el marco de los principios de interdisplinariedad y multidisciplinariedad de los equipos profesionales en la atención sanitaria que consagra la Ley 44/2003 de ordenación de las profesiones sanitarias. 

El aumento de la población anciana según los datos sociodemográficos y la creciente demanda de cuidados por parte de dicho colectivo justifican por sí mismos, la importancia de la especialidad de enfermería geriátrica. La mayor parte de los problemas de salud que afectan a las personas de edad avanzada no son, sin embargo, consecuencias del envejecimiento biológico, sino el resultado de exposiciones antiguas y actuales a riesgos de varias clases.

Afirmar que vejez y enfermedad no son sinónimos, no debe sin embargo hacernos olvidar que la salud es uno de los problemas más importantes de la población anciana. La prevalencia e incidencia de la enfermedad son netamente superiores en el grupo de edad más avanzado, como lo son también las tasas de cronicidad, incapacidad y dependencia que inciden de forma directa en el incremento de la necesidad de cuidados. Por ello, la actuación de la enfermera especialista en geriatría puede contribuir de forma considerable a mejorar los estados de salud de las personas mayores.

La complejidad de los cuidados enfermeros a la persona anciana, tanto en salud como en enfermedad y generalmente la larga duración de los mismos, requieren un nivel de competencia profesional (conocimientos, actitudes y habilidades especializadas) que no son cubiertos en la formación básica y que justifican esta especialización. Desde el punto de vista internacional la importancia de esta especialidad viene avalada por las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y la Comisión Europea.

Práctica 4. Rubén Castro Prada

Mesa redonda sobre la situación actual de la geriatría en España de mano de: Pedro Abizanda, José Luis Oliver, y dos residentes de EIR y MIR de la especialidad de geriatría. 

El seminario empezó desarrollando la idea de que al ser una especialidad nueva tiene muchos campos abiertos y no tiene un límite fijado por lo que se encuentra en expansión, que es difícil abrirse paso en un tema tan cerrado en el que ni los propios compañeros de trabajo reconozcan la labor del geriatra. 
Introdujo el tema de la geriatría diciéndonos que esa palabra se usó por primera vez en 1909.

En España el primer servicio de geriatría se creó en el año 1945. En 1978 la geriatría se convierte en especialidad médica (y en ese año también surge el primer hospital geriátrico en Toledo) y en el 2011, la especialidad enfermera. El tercer hospital geriátrico que se crea en CLM fue en Albacete en el año 1993. Desde hace un año tienen el área de investigación donde se dedican a realizar ensayos clínicos en mayores con Alzheimer.


Formalmente la geriatría en enfermería está desde el 2008 y los primeros geriatras enfermeros se forman en el 2011.

En la hospitalización se utiliza la valoración geriátrica integral (VGI) para valorar sobretodo la funcionalidad. En 1997 la consulta se independiza de la medicina interna y se centran sobre todo en las consecuencias de los síndromes geriátricos tanto para el paciente como para la familia. Las especiales características del paciente geriátrico, en el que confluyen por un lado, los aspectos intrínsecos del envejecimiento fisiológico con declinar paulatino de la funcionalidad de órganos y sistemas, disminución de la reserva funcional y alteración a precario de la homeostasia del organismo, aumentando su vulnerabilidad ante situaciones de estrés o enfermedad y, por otro lado, la especial forma de presentación de la enfermedad en este grupo etario, hace necesaria una sustancial modificación de los modelos de valoración clínica o biológica utilizados tradicionalmente sin distinción de edad.

Además de las citadas particularidades de la evaluación del anciano en el aspecto físico, biológico o fisiopatológico, el paciente anciano está expuesto a múltiples problemáticas consustanciales con el envejecimiento que van a condicionar en gran manera su independencia o autovalimiento y que obligatoriamente tendremos que conocer. Estos problemas a los que hay que conceder la misma importancia que a los puramente biomédicos derivan de los aspectos cognitivos, emocional, funcional y social que deberán ser identificados y evaluados de forma conjunta para conseguir una visión integral de toda su problemática, sopesando asimismo los posibles efectos potenciadores de la interacción de las citadas carencias que magnificaran frecuentemente sus consecuencias.

Hay que tener en cuenta que el anciano pasa por todos los niveles asistenciales (atención primaria, servicios sociosanitarios, centros de día, ESAD…) y en algunos de ellos no llega la enfermería geriátrica. 

En cuanto a la docencia en el 2008 se publica el decreto de la especialidad, en el 2009 el ministerio lanza el programa y en 2011 se convocan las primeras plazas. En geriatría hay muy pocas plazas porque los servicios no lo solicitan: el SESCAM ha recortado las plazas en Toledo y en Albacete. 

Las residentes de MIR y EIR hablaron de sus experiencias en los centros donde están realizando su trabajo y lo que le condujo a llegar donde están.

El envejecimiento es una realidad del ser humano que debe considerarse individualmente, si bien la evolución demográfica y social comporta que a la vez se la deba considerar como un fenómeno colectivo en el que concurren una serie de circunstancias que han modificado cuantitativa y cualitativamente las condiciones de vida de la población en general. Los estudios demográficos permiten evidenciar el envejecimiento poblacional y sus consecuencias socioeconómicas por la dependencia de los ancianos de la población activa.

Es importante reseñar que no sólo ha aumentado el número de personas ancianas con respecto a la población total sino que se ha incrementado la esperanza de vida. Las mujeres españolas tienen una esperanza de vida de 83 años, frente a los 76,4 años de los varones en la misma situación, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística, lo que determina cambios en la estructura interna de la población anciana con un considerable aumento, tanto en términos absolutos como relativos de la población de 80 y más años de edad. 

Entre los elementos de juicio que nos aporta la demografía también es importante considerar al grupo de las personas ancianas como un grupo no homogéneo y por tanto, al igual que en cualquier otro grupo etáreo, no descuidar diferencias tales como: el envejecimiento diferencial entre sexos, el envejecimiento eminentemente urbano y la desigualdad regional.

El objetivo general de este programa es que al concluir el periodo formativo de dos años, la enfermera residente de enfermería geriátrica haya adquirido las competencias necesarias para el adecuado ejercicio de su profesión. Dichas competencias profesionales se desarrollan en el apartado 5 del presente programa y se vinculan con las siguientes áreas:

– Bases de la Gerontología .
– Gerontología experimental.
– Gerontología clínica.
– Gerontología psicológica.
– Gerontología social.
– Educación para la salud en el ámbito Gerontológico.
– Marco Legal y Políticas socio-sanitarias en Enfermería Gerontológica.
– Bioética en Enfermería Gerontológica.
– Investigación en Enfermería Gerontológica.
– Gestión de cuidados y servicios Gerontológicos.

Para la adquisición de las citadas competencias la residente rotará por los dispositivos previstos a tal efecto en el expediente de acreditación de la unidad de que se trate, en los términos previstos en el apartado 6 de este programa. Se utilizarán técnicas educativas, que den prioridad al aprendizaje activo tutorizado y a la utilización de métodos docentes creativos que aseguren el equilibrio y la coordinación entre la formación y la práctica clínica. A través de un aprendizaje experiencial, se garantizará la participación del residente, durante las rotaciones por los distintos dispositivos de la unidad docente, en las diversas actividades que se organicen en dicha unidad.

A tal fin podrán utilizarse herramientas tales como:

– Libro del residente.
– Resolución de problemas y discusión de casos.
– Participación en sesiones clínicas.
– Asistencia a cursos, congresos, seminarios, etc. relacionados con la especialidad.
– Rol playing.
– Sesiones bibliográficas.
– Utilización de aula virtual.
– Rotaciones externas.
– Etc.

Asimismo, para la adquisición de las competencias que se citan en este programa, los responsables de la formación llevarán a cabo estrategias docentes que favorezcan el pensamiento crítico y permitan la integración de la formación teórica con la formación clínica investigadora que se lleve a cabo en los distintos dispositivos que integran la unidad docente.

El seminario finalizó con un turno de preguntas de los alumnos presentes en el aula.