Mesa redonda sobre la situación actual de la geriatría en España de mano de: Pedro Abizanda, José Luis Oliver, y dos residentes de EIR y MIR de la especialidad de geriatría.
El seminario empezó desarrollando la idea de que al ser una especialidad nueva tiene muchos campos abiertos y no tiene un límite fijado por lo que se encuentra en expansión, que es difícil abrirse paso en un tema tan cerrado en el que ni los propios compañeros de trabajo reconozcan la labor del geriatra.
Introdujo el tema de la geriatría diciéndonos que esa palabra se usó por primera vez en 1909.
En España el primer servicio de geriatría se creó en el año 1945. En 1978 la geriatría se convierte en especialidad médica (y en ese año también surge el primer hospital geriátrico en Toledo) y en el 2011, la especialidad enfermera. El tercer hospital geriátrico que se crea en CLM fue en Albacete en el año 1993. Desde hace un año tienen el área de investigación donde se dedican a realizar ensayos clínicos en mayores con Alzheimer.
En España el primer servicio de geriatría se creó en el año 1945. En 1978 la geriatría se convierte en especialidad médica (y en ese año también surge el primer hospital geriátrico en Toledo) y en el 2011, la especialidad enfermera. El tercer hospital geriátrico que se crea en CLM fue en Albacete en el año 1993. Desde hace un año tienen el área de investigación donde se dedican a realizar ensayos clínicos en mayores con Alzheimer.
Formalmente la geriatría en enfermería está desde el 2008 y los primeros geriatras enfermeros se forman en el 2011.
En la hospitalización se utiliza la valoración geriátrica integral (VGI) para valorar sobretodo la funcionalidad. En 1997 la consulta se independiza de la medicina interna y se centran sobre todo en las consecuencias de los síndromes geriátricos tanto para el paciente como para la familia. Las especiales características del paciente geriátrico, en el que confluyen por un lado, los aspectos intrínsecos del envejecimiento fisiológico con declinar paulatino de la funcionalidad de órganos y sistemas, disminución de la reserva funcional y alteración a precario de la homeostasia del organismo, aumentando su vulnerabilidad ante situaciones de estrés o enfermedad y, por otro lado, la especial forma de presentación de la enfermedad en este grupo etario, hace necesaria una sustancial modificación de los modelos de valoración clínica o biológica utilizados tradicionalmente sin distinción de edad.
En la hospitalización se utiliza la valoración geriátrica integral (VGI) para valorar sobretodo la funcionalidad. En 1997 la consulta se independiza de la medicina interna y se centran sobre todo en las consecuencias de los síndromes geriátricos tanto para el paciente como para la familia. Las especiales características del paciente geriátrico, en el que confluyen por un lado, los aspectos intrínsecos del envejecimiento fisiológico con declinar paulatino de la funcionalidad de órganos y sistemas, disminución de la reserva funcional y alteración a precario de la homeostasia del organismo, aumentando su vulnerabilidad ante situaciones de estrés o enfermedad y, por otro lado, la especial forma de presentación de la enfermedad en este grupo etario, hace necesaria una sustancial modificación de los modelos de valoración clínica o biológica utilizados tradicionalmente sin distinción de edad.
Además de las citadas particularidades de la evaluación del anciano en el aspecto físico, biológico o fisiopatológico, el paciente anciano está expuesto a múltiples problemáticas consustanciales con el envejecimiento que van a condicionar en gran manera su independencia o autovalimiento y que obligatoriamente tendremos que conocer. Estos problemas a los que hay que conceder la misma importancia que a los puramente biomédicos derivan de los aspectos cognitivos, emocional, funcional y social que deberán ser identificados y evaluados de forma conjunta para conseguir una visión integral de toda su problemática, sopesando asimismo los posibles efectos potenciadores de la interacción de las citadas carencias que magnificaran frecuentemente sus consecuencias.
Hay que tener en cuenta que el anciano pasa por todos los niveles asistenciales (atención primaria, servicios sociosanitarios, centros de día, ESAD…) y en algunos de ellos no llega la enfermería geriátrica.
En cuanto a la docencia en el 2008 se publica el decreto de la especialidad, en el 2009 el ministerio lanza el programa y en 2011 se convocan las primeras plazas. En geriatría hay muy pocas plazas porque los servicios no lo solicitan: el SESCAM ha recortado las plazas en Toledo y en Albacete.
Las residentes de MIR y EIR hablaron de sus experiencias en los centros donde están realizando su trabajo y lo que le condujo a llegar donde están.
El envejecimiento es una realidad del ser humano que debe considerarse individualmente, si bien la evolución demográfica y social comporta que a la vez se la deba considerar como un fenómeno colectivo en el que concurren una serie de circunstancias que han modificado cuantitativa y cualitativamente las condiciones de vida de la población en general. Los estudios demográficos permiten evidenciar el envejecimiento poblacional y sus consecuencias socioeconómicas por la dependencia de los ancianos de la población activa.
Es importante reseñar que no sólo ha aumentado el número de personas ancianas con respecto a la población total sino que se ha incrementado la esperanza de vida. Las mujeres españolas tienen una esperanza de vida de 83 años, frente a los 76,4 años de los varones en la misma situación, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística, lo que determina cambios en la estructura interna de la población anciana con un considerable aumento, tanto en términos absolutos como relativos de la población de 80 y más años de edad.
Entre los elementos de juicio que nos aporta la demografía también es importante considerar al grupo de las personas ancianas como un grupo no homogéneo y por tanto, al igual que en cualquier otro grupo etáreo, no descuidar diferencias tales como: el envejecimiento diferencial entre sexos, el envejecimiento eminentemente urbano y la desigualdad regional.
El objetivo general de este programa es que al concluir el periodo formativo de dos años, la enfermera residente de enfermería geriátrica haya adquirido las competencias necesarias para el adecuado ejercicio de su profesión. Dichas competencias profesionales se desarrollan en el apartado 5 del presente programa y se vinculan con las siguientes áreas:
– Bases de la Gerontología .
– Gerontología experimental.
– Gerontología clínica.
– Gerontología psicológica.
– Gerontología social.
– Educación para la salud en el ámbito Gerontológico.
– Marco Legal y Políticas socio-sanitarias en Enfermería Gerontológica.
– Bioética en Enfermería Gerontológica.
– Investigación en Enfermería Gerontológica.
– Gestión de cuidados y servicios Gerontológicos.
Para la adquisición de las citadas competencias la residente rotará por los dispositivos previstos a tal efecto en el expediente de acreditación de la unidad de que se trate, en los términos previstos en el apartado 6 de este programa. Se utilizarán técnicas educativas, que den prioridad al aprendizaje activo tutorizado y a la utilización de métodos docentes creativos que aseguren el equilibrio y la coordinación entre la formación y la práctica clínica. A través de un aprendizaje experiencial, se garantizará la participación del residente, durante las rotaciones por los distintos dispositivos de la unidad docente, en las diversas actividades que se organicen en dicha unidad.
– Gerontología experimental.
– Gerontología clínica.
– Gerontología psicológica.
– Gerontología social.
– Educación para la salud en el ámbito Gerontológico.
– Marco Legal y Políticas socio-sanitarias en Enfermería Gerontológica.
– Bioética en Enfermería Gerontológica.
– Investigación en Enfermería Gerontológica.
– Gestión de cuidados y servicios Gerontológicos.
Para la adquisición de las citadas competencias la residente rotará por los dispositivos previstos a tal efecto en el expediente de acreditación de la unidad de que se trate, en los términos previstos en el apartado 6 de este programa. Se utilizarán técnicas educativas, que den prioridad al aprendizaje activo tutorizado y a la utilización de métodos docentes creativos que aseguren el equilibrio y la coordinación entre la formación y la práctica clínica. A través de un aprendizaje experiencial, se garantizará la participación del residente, durante las rotaciones por los distintos dispositivos de la unidad docente, en las diversas actividades que se organicen en dicha unidad.
A tal fin podrán utilizarse herramientas tales como:
– Libro del residente.
– Resolución de problemas y discusión de casos.
– Participación en sesiones clínicas.
– Asistencia a cursos, congresos, seminarios, etc. relacionados con la especialidad.
– Rol playing.
– Sesiones bibliográficas.
– Utilización de aula virtual.
– Rotaciones externas.
– Etc.
Asimismo, para la adquisición de las competencias que se citan en este programa, los responsables de la formación llevarán a cabo estrategias docentes que favorezcan el pensamiento crítico y permitan la integración de la formación teórica con la formación clínica investigadora que se lleve a cabo en los distintos dispositivos que integran la unidad docente.
El seminario finalizó con un turno de preguntas de los alumnos presentes en el aula.
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