jueves, 9 de octubre de 2014

Bibliografía 4. Rubén Castro Prada

El cuidado informal: un reto asumido por la mujer. Chile.

Vaquiro Rodríguez S., Stiepovich Bertoni J. Informal care challenge assumed by women. Ciencia y enfermería (Chile). [revista en Internet]*; 2010 [acceso el 9 de octubre de 2014]; 16(2): 1-9. Disponible en: http://scielo.cl

El presente artículo chileno del año 2010 tiene por objeto visibilizar la inequidad de género en el cuidado informal, donde es la mujer quien ejerce esta actividad invisible y exigente dentro del sistema del cuidado de la salud. Su importancia radica en el aumento de la demanda del cuidado solicitado, teniendo en cuenta el cambio demográfico: aumento de la longevidad y la expectativa de vida; adicionando a ello el cambio de la familia monoparental, donde es la mujer en muchas oportunidades jefe de hogar siendo no sólo la responsable del cuidado de la salud de la familia sino asumiendo el costo que éste genera. Las mujeres cuidadoras como un grupo vulnerable tienen derecho a una mejor calidad de vida, a una disminución en la sobrecarga del cuidar y en el riesgo para su salud que éste significa.

El sistema de salud ha evolucionado de un modelo paternalista, donde el clínico, según su juicio, creía poder interpretar las preferencias de sus usuarios a un modelo de decisión informada, al usuario, donde el profesional expone las opciones disponibles y él decide la alternativa que considere se adapte a sus expectativas. Situación que no deja de tener un riesgo, dado que la participación del cuidado formal no ha sido muy extensiva y la solicitud de apoyo desde la comunidad ha sido desplazada a otras instancias.

La mujer sobrerrepresentada en el rol de cuidadora informal asume la continuidad del cuidado de la salud en el interior del hogar, en el ámbito de lo privado en forma inequitativa, es por ello que se pretende investigar esta temática y propiciar la creación de programas específicos dirigidos a las cuidadoras, asignación de recursos, incorporación del enfoque de género en lo que compete al cuidado de personas enfermas o dependientes en el hogar; la necesidad del apoyo formal y un mayor cuidado e intervención de enfermería.

Pero, ¿qué significa "cuidado informal"? 
El cuidado informal se ha definido como los cuidados proporcionados por familia, amigos, vecinos u otras personas al interior del hogar en un mundo privado, a personas ancianas, enfermas y dependientes; fundamentadas en relaciones afectivas, de parentesco "asuntos familiares" y de "género", rasgos que caracterizan y afectan su visibilidad y reconocimiento social. Por tanto, no reconocido como un trabajo remunerado sin precio en el mercado, que se confunde con una carencia de valor, sin límites conocidos de tiempo. El aporte económico de la mujer ha sido subestimado, la conciencia colectiva cultural establece la vinculación del "cuidado" a algo maternal, asociándolo al rol reproductivo. Por tanto, debe darse como algo natural; esta invisibilidad del género femenino dificulta su reconocimiento en el cuidado informal y el cambio hacia un nuevo paradigma.

La familia constituye la primera institución que genera cuidados en situaciones de dependencia, donde es la mujer la que proporciona cuidados en forma invisible y continua. Este traslado de responsabilidades del cuidado de la salud desde el estado a la familia, es necesario que se visibilice como problemática social, se establezcan políticas con enfoque de género que determinen correcciones de inequidades que proporcionan los estereotipos culturales tradicionales en el trabajo doméstico, al igual que se visibilice la necesidad de una mayor intervención de enfermería como apoyo al cuidado informal. En este artículo se realizó una revisión bibliográfica acerca del cuidado informal, en lo que respecta a la inequidad de género en el cuidado de la salud en Chile. Se observa la feminización en el cuidado informal como un paradigma de desventajas, esfuerzos, sacrificios relativos al género que conllevan a desigualdades innecesarias, evitables e injustas. La necesidad emergente de implementar estrategias desde todos los ámbitos: políticos, sociales, sanitarios y culturales al igual que generar conocimientos para el desarrollo de la ciencia de Enfermería, evidenciando el cuidado informal como una continuación del cuidado en el ámbito privado con contribución económica invisible del sistema de salud. Se proponen conductas de autocuidado en relación al riesgo en la salud de la cuidadora, dada la sobrecarga de cuidar y la importancia para enfermería en cuanto al saber, el ser y el hacer en el cuidado.

A modo de resumen, los puntos importantes que los autores quieren resaltar en el escrito son:

- Hoy en día, hay un desplazamiento de cuidados cada vez más complejos hacia el sistema informal, alta de atención hospitalaria, programas de cirugía ambulatoria, reformas de atención psiquiátrica, personas con enfermedades graves dependientes, o en situación terminal; los servicios formales participan de manera minoritaria en el cuidado de las personas dependientes que viven en la comunidad. Esta mayor demanda por atenciones en salud derivada de mayores necesidades, nos lleva al desafío de intervención y apoyo de enfermería en las acciones de educación, prevención y fomento de autocuidado. 

- Los límites del cuidado son difíciles de enmarcar en cuanto a qué se hace, a quién, dónde y durante cuánto tiempo.

- La asimetría entre la economía productiva y reproductiva, la distribución de cargas al interior del hogar, la responsabilidad de la mujer de asegurar la salud familiar, refleja las condiciones de desigualdad entre el trabajo doméstico y laboral.

. El cuidado informal requiere que se establezca un programa dirigido a las cuidadoras(es) dentro de las políticas del Estado con enfoque de género –al ser realizado en su mayoría por mujeres de nivel socioeconómico bajo, bajo nivel educativo y algún grado de parentesco– que evite el impacto negativo que el cuidar tiene en la salud del cuidador. 

- Se requiere que se reconozca el cuidado informal como un trabajo que aporta a la economía, no como un recurso sin valor con el que se cuenta normalmente y que se asigna dentro del cuidado doméstico no pagado; teniendo en consideración el creciente aumento de la demanda del cuidado, el cuestionamiento de la disponibilidad futura de las cuidadoras informales, las familias monoparentales y las reformas de los sistemas de atención en salud.

- Realizar intervención de enfermería en el cuidado del individuo y de la familia, proporcionando conocimiento y habilidades para afrontar el cuidado en las mejores condiciones posibles; técnicas de relajación, manejo de estrés, organización del tiempo y estrategias para compartir el cuidado con otros miembros de la familia. 

- Promover un entorno mental, físico, espiritual, de soporte de protección y recuperación, dado con la creación de asesorías domiciliarias con un grupo interdisciplinario asignado a las cuidadoras.

- Implementar un nuevo paradigma en la incorporación del hombre al trabajo doméstico como evento revolucionario que se requiere en los nuevos roles socioculturales, con participación equitativa hombre/mujer, con resultados reflejados en la dinámica familiar de igualdad y respeto en la socialización de los hijos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario